Hasta hace relativamente poco cuando uno se planteaba una web para su empresa solo tenía que pensar en que al otro lado la iba a ver alguien desde un ordenador. Pero el crecimiento imparable de uso de los dispositivos móviles ha conllevado también nuevos formatos y ha abierto la puerta a grandes oportunidades. De cara al posicionamiento, Google premia a las webs que ofrecen mejor experiencia de usuario en móviles y tablets por lo que es fundamental adaptarse.
Una duda muy habitual es plantearse qué tipo de web necesito, si responsive, mobile first, o si necesito desarrollar una aplicación móvil para mis usuarios o lectores. Veamos la diferencia entre ellas para conocer cómo actuar en cada caso:
Web responsive
El diseño web más recomendado en los últimos años es el “responsivo”, o RWD (siglas en inglés de Responsive Web Design), es decir, que el contenido y el formato de las páginas web se adaptan al formato (tamaño y resolución) de cada pantalla donde se visualiza.
Las webs responsivas habitualmente se diseñan partiendo del principio que el usuario las visualizará desde un ordenador y, a continuación, repensar el diseño para otros dispositivos de menor tamaño, como móviles o tablets.
La programación tiene una serie de consideraciones técnicas, como asegurar que las imágenes y el diseño son perfectamente escalables y fluyen fácilmente si cambia el tamaño de la pantalla.
Mobile first
Se estima que casi el 40% del tráfico mundial de internet es ya móvil, si bien según el tipo de servicio, no es extraño que los usuarios móviles representen la gran mayoría de las visitas (por ejemplo a medios de comunicación o redes sociales).
El diseño mobile first parte de la premisa que nuestro usuario mayoritario accederá desde el móvil. Por lo tanto, empezaremos diseñando nuestra web para él, y luego adaptaremos el diseño a un tamaño de pantalla mayor, o incluso añadiremos funcionalidades extra que en el móvil son innecesarias.
Esta nueva visión nos fuerza a conceptualizar mejor las páginas web, pensando en qué es más útil y de interés para el usuario, priorizando la navegación y el tiempo de carga porque es más habitual abandonar una web lenta desde el móvil antes que desde un ordenador.
Aplicación
Finalmente, es posible que según el caso lo que necesitemos es desarrollar una app. En los primeros años de los smartphones se produjo una fiebre por el desarrollo de apps, pero hay que considerar que un usuario habitual solo usa unas pocas, y que existen millones de apps en los marketplaces con escaso éxito.
Para crear una aplicación, además, se necesitará también muchos más recursos económicos y posiblemente un mayor tiempo de desarrollo, por lo que la recomendación es que solamente creemos una app cuando necesitemos usar alguna de las funciones específicas del teléfono móvil para relacionarnos con nuestros usuarios, tales como la cámara, GPS para geolocalización, giroscopios, audio, etc.
En caso contrario, siempre será más barato crear una web adaptada al móvil, y seguramente también más exitoso, pues es mucho más sencillo que un usuario visite nuestra web y no que descargarse una app.
En resumen, no existe una respuesta válida para todos los casos: necesitaremos un tipo de web (responsive o mobile first) o una app, según cuáles sean nuestras necesidades y el comportamiento de nuestros usuarios. En todo caso, será importante antes de iniciar un proyecto conocer bien a quién está dirigida, cuáles son sus hábitos de uso y analizar las tendencias.
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